Obras

Obras de Baltasar Gracián

Baltasar Gracián escribió  tratados de contenido moral como El Héroe (1637, 1639), El Político (1640), El Discreto (1646), El Oráculo manual o Arte de prudencia (1647), y El Comulgatorio (1655), que es un tratado religioso de meditaciones espirituales. Compuso un tratado de preceptiva barroca, Agudeza y Arte de ingenio (Huesca, 1648). Su obra más importantees  El Criticón (1651,1653 y 1657), relato alegórico  en el que muestra una visión desengañada del mundo. 

En todas sus obras, Gracián fue vertiendo aforismos con los que pretendía  expresar un principio de manera concisa y coherente. Muy cercano a su idea de conceptismo, según sus propias palabras,  "un acto del entendimiento que exprime la correspondencia que se halla entre los objetos" (Baltasar Gracián, Agudeza y arte de ingenio,Castalia,  ed. 1980, Vol. I, p. 51. A esos aforismos vamos a dedicar esta propuesta, para que después los alumnos redacten los propios.

Un ejemplo de los mismos se pueden ver en el siguiente documento gráfico.

 

El Oráculo manual o Arte de prudencia

Esta obra está  compuesta por trescientos aforismos. Tratan de la personalidad, la prudencia y la filosofía. Ahora vamos a destacar una serie de aforismos que no tienen desperdicio, y que muy bien se pueden aplicar a situaciones de nuestra vida real, como el aforismo 11:

Tratar con quien se pueda aprender. Sea el amigable trato escuela de erudición, y la conversación, enseñança culta; un hazer de los amigos maestros, penetrando el útil del aprender con el gusto del conversar. Altérnase la fruición con los entendidos, logrando lo que se dize en el aplauso con que se recibe, y lo que se oye en el amaestramiento. Ordinariamente nos lleva a otro la propria conveniencia, aquí realçada. Freqüenta el atento las casas de aquellos Héroes Cortesanos, que son más teatros de la Heroicidad que palacios de la vanidad. Ai Señores acreditados de discretos que, a más de ser ellos oráculos de toda grandeza con su exemplo y en su trato, el cortejo de los que los assisten es una Cortesana Academia de toda buena y galante discreción.

              El más conocido es el número 105:

No cansar. Suele ser pessado el hombre de un negocio, y el de un verbo. La brevedad es lisongera, y más negociante; gana por lo cortés lo que pierde por lo corto. Lo bueno, si breve, dos vezes bueno; y aun lo malo, si poco, no tan malo. Más obran quintas essencias que fárragos; y es verdad común que hombre largo raras vezes entendido, no tanto en lo material de la disposición quanto en lo formal del discurso. Ai hombres que sirven más de embaraço que de adorno del universo, alajas perdidas que todos las desvían. Escuse el Discreto el embaraçar, y mucho menos a grandes personajes, que viven mui ocupados, y sería peor desazonar uno dellos que todo lo restante del mundo. Lo bien dicho se dize presto.

               Aunque todos los aforismos contienen enseñanzas esenciales para la vida diaria, hay algunos que por su tema se pueden aplicar en la actualidad como el número 200:

Tener que desear, para no ser felizmente desdichado. Respira el cuerpo y anhela el espíritu. Si todo fuere possessión, todo será desengaño y descontento. Aun en el entendimiento siempre ha de quedar qué saber, en que se zebe la curiosidad. La esperança alienta: los hartazgos de felicidad son mortales. En el premiar es destreza nunca satisfazer. Si nada ai que desear, todo es de temer: dicha desdichada; donde acaba el deseo, comiença el temor.

 Y también el 201:

Son tontos todos los que lo parecen y la metad de los que no lo parecen. Alçóse con el mundo la necedad, y si ai algo de sabiduría, es estulticia con la del Cielo; pero el mayor necio es el que no se lo piensa y a todos los otros define. Para ser sabio no basta parecerlo, menos parecérselo: aquél sabe que piensa que no sabe, y aquél no ve que no ve que los otros ven. Con estar todo el mundo lleno de necios, ninguno ai que se lo piense, ni aun lo rezele.

            Mucho más elocuente  sobre la calidad y utilidadad de esta obra es  Carlos Andrés Londoño  que nos invita a sentarnos con una taza de café y saborear como postre estas enseñanzas de Gracián. Después de leídas, los alumnos elegirán la que crean más relacionada con su vida y expendrán su opinión ante el resto de los compañeros con una breve exposición (véase la propuesta dedicada a los textos expositivos y a la lectura en voz alta, unidad 1).

Obra y vida de Baltasar Gracián

Después de haber entrado en contacto con la vida y obra de Gracián, proponemos la lectura de algunos de estos capítulo de la obra por excelencia sobre  su vida, que no es otra que la escrita por  Miguel Batllori y Ceferino Peralta, Baltasar Gracián en su vida y en sus obras.

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