El abecedario latino

El historiador romano Tácito, en Anales XI, 14, recoge la idea que los antiguos tenían sobre la trasmisión del alfabeto desde sus orígenes hasta llegar a Roma: los egipcios fueron los primeros en utilizar signos e inventaron el alfabeto. De ellos lo tomaron los fenicios, de éstos lo recibieron los griegos, que, a su vez lo enseñaron a los etruscos y -dice- "las formas de las letras latinas es la de las originales griegas".

Si comparamos las mayúsculas latinas y las griegas la identidad formal que señala Tácito es evidente, pero en la inevitable adaptación que llevaron a cabo los romanos se suprimieron algunos signos griegos innecesarios y se conservaron, con diferente valor fónico, la F, procedente del llamado digamma y la Q, procedente del signo llamado koppa. 

La Ñ, que es una grafía exclusiva del castellano y del gallego es de origen medieval y los signos J y U son una innovación renacentista debida al humanista Petrus Ramus para escribir aquellos casos en los que, respectivamente, I tenía un valor consonántico y V, un valor vocálico.

Actividades

1.  Práctica con el alfabeto latino, en Ludus Litterarius

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