Poesía
Poesía de Bartolomé Leonardo de Argensola
A continuación, presentamos un enlace para leer los sonetos de Bartolomé Leonardo de Argensola.
Tópicos literarios
Proponemos a los alumnos que destaquen, en los siguientes poemas de Bartolomé Leonardo de Argensola, los tópicos de la poesía renacentista que encuentren, a partir de los que se indican en la página materiales de lengua.or.
I
Cloris, este rosal, que libre o rudo
del arte huyó al favor de la floresta,
su arrogancia selvática depuesta,
vecinas flores le verán desnudo.
Nota esta rosa, que aun agora pudo
abrir el paso a su niñez modesta,
para cuán breves términos apresta
la grana que libró del verde nudo.
Vive su planta los estivos meses;
mas el honor de los purpúreos senos
(mísera edad) la madurez de un día.
Pues si lo raro, o Cloris, dura menos,
la pompa de tu abril ¿por qué confía
que ha de reinar con hados más corteses?
Este soneto mereció grandes alabanzas de Baltasar Gracián porque a través de las semejanzas, en este caso entre las flores y la belleza, el autor saca una moralidad provechosa: la fragilidad de la mayor hermosura.
II
¿Qué es de mi clara frente, dividida
con dos madejas de cabellos de oro,
los ojos garzos, cejas arqueadas,
la nariz sin salir de su medida,
el coral de los labios y el decoro
de las restantes partes, que, sembradas
con sus proporcionadas
color y cuantidad, se conformaban
en una tal belleza, cual no ha sido
ni la que tuvo Dido,
ni la por quien troyanos se mataban
con los griegos? Al fin todo este arreo
¿fue convertido en este hueso feo?
El soneto moral más hermoso, es uno que Viñaza atribuía a Lupercio, pero que es de Bartolomé. Para José Manuel Blecua es el soneto más encantador y fino de toda nuestra literatura:
III
Firmio, en tu edad, ningún peligro es leve;
porque nos hablas ya con voz oscura,
y, aunque dudoso, el bozo a tu blancura
sobre ese labio superior se atreve.
Y en ti, o Drusila, de sutil relieve
el pecho sus dos bultos apresura,
y en cada cual, sobre la cumbre pura,
vivo forma un rubí su centro breve.
Sienta nuestra amistad leyes mayores;
Que siempre Amor para el primer veneno
busca la inadvertencia más sencilla.
Si astuto el áspid se escondió en lo ameno
de un campo fértil, ¿quién se maravilla
de que pierdan el crédito sus flores?
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