2. Nuestros antepasados buscaban lugares mejores para vivir.

No nos podemos estar quietos. Las migraciones interiores

A lo largo de la Historia, los seres humanos se han desplazado en numerosas ocasiones en busca de lugares con mejores condiciones de vida de las que dejaron atrás.

En el caso concreto de los habitantes de la península Ibérica, esta afirmación cobra todo su valor desde un punto de vista histórico.

Dejando al margen a etapas anteriores a la época moderna, ha sido a partir de esta, es decir, desde el siglo XVI, cuando en el interior de España han tenido lugar importantes desplazamientos de población.

Así, desde el siglo XVII se inició un proceso de abandono de las tierras del interior de la Meseta, que atravesaron en aquella centuria una grave crísis económica, para desplazarse hasta la periferia donde las posibilidades de vivir eran algo menos malas.

Este movimiento se acrecentó aún más durante el siglo XVIII, uniéndose a él además, otro de carácter centrífugo que hizo que una buena parte de la población buscara también asentarse en la capital del Estado, Madrid. Esta ciudad, por aquella época, empezaba a reunir un gran número de funciones administrativas y, en consecuencia, a necesitar más población para satisfacer los servicios de la corte y de su funcionariado.

En el siglo XIX, el proceso fue cada vez mayor. En este caso la industrialización de zonas de la periferia como el País Vasco o Cataluña, propició que muchas personas dejaran las tierras del sur y comenzaran a instalarse en esos territorios. Todavía esta emigración estaba en sus comienzos, pero ya empezó de alguna manera a experimentarse lo que en el siglo siguiente sería un fenómeno de gran trascendencia en la nación.

El mapa de la emigración española, muestra que en 1910 las regiones del noroeste, Galicia principalmente, y las del sudeste, Almería y Alicante, tenían las mayores tasas de emigración. Publicado en Wikipedia por Norrin Strange bajo licencia Creative Commons y para dominio público.

 

Objetivos

Del campo a la ciudad.

Si en el siglo XIX ya se experimentó una clara tendencia a ir abandonando las zonas rurales para marcharse a los núcleos urbanos más industrializados, en el siglo XX el proceso se incrementó todavía mucho más.

Así, en la década de los años veinte, se vivió un primer momento en el que cientos de miles de personas dejaron los pueblos donde vivían y se instalaron en las ciudades, normalmente en las capitales de provincia. La buena coyuntura económica que se vivió en aquella época propició esta marcha hacia las grandes urbes en busca de una mejor situación económica.

Durante las décadas de los años treinta y cuarenta, esta situación se estabilizó. La crisis económica en la primera, y los terribles efectos de la Guerra Civil en la segunda, se dejaron sentir hasta tal punto que incluso se llegó a producir una inversión en los fenómenos migratorios. La escasez de alimentos fue tal que muchas familias se marcharon de la ciudad al campo, para poder buscar el sustento del que se veían privados en las urbes ante el retroceso de la economía y en particular del suministro de alimentos.

Sin embargo, a partir de la década siguiente, la situación volvió a modificarse. La ligera recuperación económica de los años cincuenta reactivó de nuevo el proceso de abandono de las zonas rurales y se inició otra vez una marcha masiva de los jornaleros y de los campesinos hacia las grandes urbes españolas.

La consecuencia de ello fue que, mientras el campo fue cada vez creciendo de forma más lenta, las ciudades, por el contrario, experimentaron un espectacular crecimiento. No obstante, este crecimiento trajo también consigo numerosos problemas. Ante la imposibilidad de dar cobijo en buenas condiciones a la gran masa jornalera que se desplazaba, estos comenzaron a asentarse en las periferias urbanas en unas condiciones que en ocasiones rayaban lo miserable. Asi, en muchos casos, el fenómeno del chabolismo o de la infravivienda hizo su aparición de forma masiva en los arrabales de las mayores metrópolis.


"Pueblo blanco" una canción de Joan Manuel Serrat que refleja perfectamente el fenómeno migratorio en España.

 

Pre-conocimiento

El Éxodo rural de la década de los sesenta

En 1959, tuvo lugar un hecho trascendental para la economía española, ya que en esa fecha se aprobó el denominado Plan de Estabilización Económica que pretendía (y lo consiguió) cambiar de forma estructural la economía del país.

Al margen de otra serie de cuestiones que en este caso no son de nuestra incumbencia, el Plan dio pie a uno de los mayores cambios demográficos en la Historia de España.

Al amparo del desarrollismo favorecido por el gobierno franquista, un enorme volumen de población que algunos autores han estimado en cerca de cuatro millones de personas, abandonaron las zonas rurales a gran escala para irse a trabajar y a vivir a las ciudades.

Las consecuencias fueron espectaculares. Amplias zonas rurales perdieron buena parte de su población, y las ciudades, por el contrario, crecieron de una forma que en muchos casos se puede calificar de incontrolada.

El campo andaluz fue uno de los grandes perjudicados por este hecho. Cientos de miles de agricultores, jornaleros en su mayor parte, abandonaron sus pueblos para marchar a Cataluña, el País Vasco, Madrid y otras ciudades, en particular a las capitales de provincia, que vieron incrementar su población de forma significativa.

Esta situación se mantuvo durante más de década y media, hasta que en 1973 volvió a estallar una nueva crisis económica, y de esta forma, la industria comenzó a expulsar mano de obra y, consecuentemente, la población no se desplazó de la misma forma masiva que hasta entonces lo había hecho.

Migraciones absolutas en el decenio de los años setenta del siglo XX. Instituto Nacional de Estadística. Pruebas de acceso a las universidades andaluzas.

 

AV - Actividad de Espacios en Blanco
Lee el párrafo siguiente y escribe las palabras que faltan en el mismo.
Las migraciones interiores en España se iniciaron en la Edad , pero comenzaron a alcanzar su punto máximo a partir del siglo XIX cuando comenzó la de las regiones del norte. En el siglo XX, tras un primer momento de apogeo en la década de los años , el máximo se alcanzó en la de los y principios de los Algunos autores estiman que en esos quince años, cerca de de personas abandonaron su lugar de origen para trasladarse a las . Es lo que históricamente se denomina el .
  

Marruecos, Argelia, Cuba, Argentina ... cualquier lugar era bueno para encontrar una vida mejor.

Desde que en 1492 Cristóbal Colón descubrió América, los distintos pueblos peninsulares vieron claro que una forma de mejorar las condiciones de vida que aquí tenían, era la de marcharse al nuevo mundo en busca de un mejor futuro.

Durante los siglos que van desde el XVI al XVIII, un número importante, aunque muy difícil de cuantificar, de españoles y españolas, abandonaron su país para instalarse en el continente americano. Fue, sin duda, la primera emigración intercontinental de gran importancia que se dio en España.

Aunque durante la primera mitad del siglo XIX el flujo migratorio se redujo como consecuencia de la pérdida de las colonias, volvió a reactivarse de forma importante en el último cuarto de esa centuria. Los países del cono sur americano, como Argentina o Uruguay, y también Cuba, que aún seguía siendo posesión española, contemplaron como durante esos años cientos de miles de españoles (especialmente gallegos y canarios) dejaron su tierra para labrarse un porvenir más halagüeño en el nuevo continente.

No solo fue América el continente que recibió a los emigrantes españoles. Por esas mismas décadas de finales del XIX, también otros muchos españoles, en este caso del sureste peninsular, optaron por buscar nuevas tierras que les ofrecieran más oportunidades que las de sus antepasados.

En esa época, muchos miles de personas que vivían en la zona de Levante o en la Andalucía oriental, marcharon al norte de África, en concreto a Marruecos y a Argelia, donde se instalaron dando lugar a una floreciente colonia española que pervivió durante bastantes décadas.


Pocas canciones reflejaron el sentimiento del emigrante como la canción de Juanito Valderrama que le da título a la misma.

 

Objetivos

Las migraciones transoceánicas durante el siglo XX

El flujo que se había iniciado en el último cuarto del siglo XIX, alcanzó su nivel máximo en las primeras décadas del XX. En aquella época, América se encontraba en una situación económicamente boyante y para los españoles de entonces (como también para otros muchos europeos), la emigración a América era una forma de mejorar sustancialmente el nivel de vida que aquí existía.

De esta forma, no es extraño que entre los comienzos de siglo y el año 1914, emigraran más de medio millón de personas desde España hacia América. Para comprender el impacto de esta cantidad sobre la población española del momento, es necesario recordar que por aquel entonces el número de españoles era casi dos veces y media menos del que es ahora.

La Primera Guerra Mundial puso fin a esta sangría demográfica. Al estallar la guerra fue preciso aumentar la producción industrial y agrícola para abastecer a los contendientes y en ese momento todas las manos eran necesarias en el Viejo Continente.

La depresión económica de los años treinta también fue un grave obstáculo para el mantenimiento de esta emigración. Pero cuando acabó la Guerra Civil (momento en el que muchos miles de españoles se vieron obligados al exilio y marcharon a América), y sobre todo cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, el flujo migratorio transatlántico volvió a reactivarse con renovada fuerza.

Así, se estima que entre 1945 y 1959 más de 400.000 personas dejaron nuestro país con destino al continente americano. Durante esta época, América seguía concitando los sueños de muchos españoles, pero su momento dorado estaba a punto de pasar y otras realidades económicas se imponían.

A partir de los años sesenta, era una Europa en plena reconstrucción las que necesitaba manos para sus industrias, y de esa forma, el flujo demográfico hacia América se paralizó hasta prácticamente desaparecer en muy poco tiempo.

Monumento al emigrante español en Veracruz (México).

Publicado en Wikipedia por AlejandroLinaresGarcía bajo dominio público y con licencia Creative Commons.

 

Pre-conocimiento

Indianos, gallegos, hacer las américas... muchas expresiones coloquiales en nuestro idioma que hacen referencia a la emigración hacia América.


La emigración a América supuso la marcha de cientos de miles de personas, quizás de varios millones, a lo largo de nuestra Historia. Ese hecho crucial no solo quedó reflejado en la herencia hispana que todavía pervive en muchos países de ese continente, sino que también ha quedado una huella de la misma en el lenguaje y en las expresiones que todavía empleamos.

Así, en muchos lugares de América, en concreto en Argentina, se utiliza el sobrenombre de "gallegos" para hacer referencia en general a los emigrantes españoles de todas las regiones que allí llegaron. El motivo, es evidente, está en relación con que la mayor parte de los que se instalaban en ese país procedían de la región de Galicia.

La expresión "indiano" se emplea para señalar a aquellas personas que regresaron de América (las "Indias", para los españoles de siglos anteriores) y que por regla general hicieron fortuna en el Nuevo Mundo. Un indiano era el símbolo de una persona que se había enriquecido en las Indias, de ahí que el nombre se empleara de forma genérica para todos aquellos que a su vuelta construyeron grandes casas y palacios para mostrar su poder económico.

"Hacer las américas" es otra frase que en ocasiones se suele utilizar. Con ella se indica que alguien ha conseguido mucha riqueza de modo súbito, como una similitud con aquellos que se iban a aquel continente a encontrar fortuna y regresaban relativamente pronto con una gran riqueza tras de sí.

"Tener mucha tierra en La Habana", es una forma de hacer constar que la persona a la que se hace referencia no posee nada o casi nada en España, pero que presume mucho de tener grandes propiedades en un lugar lejano en el que nadie lo puede comprobar. Es algo así como tildar de mentiroso o de presuntuoso a alguien que tienen mucho menos de lo que presume tener.

Para los españoles de otras épocas, América fue, en efecto, algo así como "El Dorado", que por cierto se supone que debió estar en la actual Colombia, aunque esto todavía se discute.

La "Casa del Indiano" en Córdoba, es un ejemplo de aquellas personas a las que se relacionaba con la riqueza al regresar de América.

 

AV - Pregunta Verdadero-Falso
Indica si las siguientes frases son verdaderas o falsas.
La Segunda Guerra Mundial redujo el flujo de emigrantes españoles hacia América.
Verdadero Falso     
Por Indianos se entiende aquellas personas que regresaron enriquecidas de América.
Verdadero Falso     
Durante la segunda mitad del siglo XIX se inició una fuerte emigración desde el Levante español hacia el norte de África.
Verdadero Falso     

De Jaén a Frankfurt, pasando por Barcelona.

En 1945, la mayor parte del continente europeo se hallaba destrozado. Seis años de guerra aniquiladora habían destruido la mayor parte del sistema industrial de muchos países del continente y habían arrasado un gran número de ciudades.

Los años de postguerra fueron durísimos en la mayor parte de los países contendientes, pero ya en la década de los cincuenta se inició una rápida reconstrucción.

Sin embargo, la población que vivía en esos territorios había sufrido también mucho el impacto del conflicto bélico y faltaban las manos para ayudar a la reconstrucción de esos países.

España, por aquella época, era por el contrario un país con una población en continuo crecimiento y con una economía que no ofrecía trabajo a tantas manos jóvenes como existían.

De esa doble situación se deriva el hecho de que desde comienzos de los años sesenta hasta mediados de los setenta, un elevado número de jóvenes españoles decidieran hacer las maletas y buscar trabajo en países como Alemania, Francia, Suiza, Bélgica, etc. Estos países necesitaban personas dispuestas a trabajar por un sueldo no muy elevado para los habitantes de estos territorios, pero que sin embargo sí lo era para quienes abandonaban una España que todavía era pobre y atrasada en muchos aspectos.

Fue en las regiones del sur, particularmente en Andalucía, Extremadura y las dos castillas, donde la población en edad de trabajar comenzó a desplazarse en busca de un trabajo mejor. Jaén y Córdoba en particular, fueron dos provincias en las que el número de salidas registradas alcanzó un volumen particularmente elevado.

El destino eran las grandes ciudades industrializadas de Europa Occidental. Muchos de esos emigrantes recalaron en regiones del norte de España, en particular en Cataluña y en el País Vasco, pero un número muy elevado, acabaron asentándose en los países antes mencionados donde contribuyeron enormemente con su esfuerzo.


Documental sobre la emigración extremeña a Europa.

 

Objetivos

Cientos de miles, buscaron trabajo en Europa.

El volumen exacto de la emigración española hacia Europa no se sabe con precisión. Las fuentes de la época no eran demasiado rigurosas a la hora de contabilizar las salidas y aunque por aquellos años se creó el Instituto Español de Emigración, el control que ejercía sobre las personas que optaban por esta salida no permite saber con seguridad cuántos fueron los que se marcharon.

Las estimaciones del número de emigrantes a Europa son muy dispares. La estadística oficial señala que debió ser un número aproximado al millón de personas, pero otros autores consideran a esa cifra como excesivamente baja y estiman que pudo ser cerca del doble de la cantidad que el gobierno de Franco reconoció.

El papel que jugaron estos emigrantes en la economía española del momento fue decisivo para que el país comenzara a levantarse económicamente y saliera del subdesarrollo en el que se encontraba. Ello, unido a la llegada masiva del turismo, fue uno de los pilares del desarrollismo franquista durante la década de los años sesenta.

Las remesas de dinero que los emigrantes enviaban desde los países en los que trabajaban, ayudaron junto a las divisas de los turistas a equilibrar la deficitaria balanza comercial española basada en unas abundantes importaciones y, por el contrario, con una escasa capacidad exportadora.

Para los países europeos, la llegada de los emigrantes españoles significó encontrarse con una mano de obra barata y bastante eficaz, a la que encargaba todos aquellos trabajos duros y difíciles que los propios europeos no estaban dispuestos a llevar a cabo salvo por un salario muy superior al que recibían los españoles que sí los aceptaban.

Algo así como lo que pasa actualmente en España con los inmigrantes, solo que al revés ...


Los tópicos sobre la emigración española a Europa quedan reflejados en películas como esta que puedes observar, "Vente a Alemania, Pepe", rodada en 1971. Subida por Filmotech en You Tube.

 

Pre-conocimiento

El regreso no fue fácil, aunque algunos decidieron quedarse.

En 1973, los países europeos se vieron envueltos en una dura crisis económica a la que se conoce con el sobrenombre de "la Crisis del Petróleo". La consecuencia inmediata de la misma es que muchas empresas comenzaron a tener graves problemas y redujeron sus plantillas de trabajadores.

Los más afectados por ese hecho fueron, lógicamente, los trabajadores emigrantes que desempeñaban su labor en las mismas. En poco tiempo, se encontraron con la alternativa de tener que vivir de los subsidios de desempleo o de tener que regresar a su país de origen.

Un grupo no demasiado numeroso, decidió permanecer en el lugar en el que había encontrado trabajo, pero otro mucho mayor optó por el camino de volver a España. El regreso fue mucho más difícil de lo que en principio parecía. En España la situación económica también había empeorado, el desempleo había crecido mucho más que en el resto de Europa y las oportunidades de la década del desarrollismo ya habían pasado.

La consecuencia fue que al volver se encontraron con que las dificultades para hallar un nuevo empleo eran mucho más grandes que en los países que acababan de abandonar. Esa fue una de las causas de que el desempleo creciera desmesuradamente en España durante la segunda mitad de los años setenta y durante la primera mitad de los ochenta.


Esta escena de la película "un franco, catorce pesetas", narra de forma muy impactante la realidad con la que se encontraron numerosos emigrantes cuando regresaron a España.

Publicada en You Tube por ermurodiaz.

Actividad

La emigración ha sido un recurso tradicional en España como fórmula para solucionar el bajo nivel de vida o el desempleo. Comenzó en el siglo XVI, teniendo como destino el continente americano, y se incrementó a finales del siglo XIX y principios del XX. América fue el destino más habitual de quienes se marchaban de España hasta que a partir de los años sesenta del pasado siglo, Europa se convirtió en el objetivo de la mayor parte de los emigrantes que buscaban trabajo fuera de nuestras fronteras.
AV - Pregunta de Selección Múltiple
El hecho clave que dio pie al comienzo de la numerosa emigración española hacia el continente europeo fue:
El final de la Segunda Guerra Mundial en 1945
La Crisis del Petróleo en 1973
El Plan de Estabilización Económica de 1959
El final de la Guerra Civil en 1939


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