3. Ahora vienen a nuestro país, ¿o ya no?

Y es que, a pesar de todos los problemas, España siempre ha sido un lugar muy atractivo para otros pueblos.

Desde época antigua, la Península Ibérica fue un territorio en el que se asentaron numerosos pueblos procedentes de otros lugares. Aunque los ejemplos serían abundantes, cabe citar el hecho de la penetración de los pueblos celtas en el primer milenio antes de Cristo, las colonizaciones fenicias, griegas y cartaginesas, la llegada de los romanos, la de pueblos germanos de la Europa del norte o la de musulmanes procedentes del sur. La llegada de personas de etnia gitana en la Baja Edad Media sería otro ejemplo más de ese flujo inmigratorio hacia nuestro país.

Durante la Edad Moderna, otras personas procedentes de diferentes países europeos se asentaron en la Baja Andalucía durante la época floreciente del comercio con las Indias, lo que representa otro hecho importante en ese mismo proceso migratorio histórico. Se trató en este caso de una inmigración de personas de elevada condición económica, que buscaban hacer mejores negocios al amparo de la riqueza que afluía en forma de metales preciosos y otros productos, procedentes del continente americano.

Sin embargo, estos flujos se redujeron desde el siglo XVII hasta finales del siglo XX. La coyuntura que durante esa época atravesó nuestro país no favoreció de ningún modo el asentamiento de otras personas procedentes del exterior. No obstante, sí que hubo migraciones puntuales de escasa importancia como las relacionadas con el asentamiento de individuos procedentes de Centroeuropa en las Nuevas Poblaciones de Carlos III en Sierra Morena y el Valle del Guadalquivir.

En el siglo XIX, apenas si se experimentó una corriente de inmigrantes que se asentaran en España. Algo parecido sucedió en el XX, al menos hasta las dos últimas décadas de esa centuria cuando, por primera vez desde hacia cuatro siglos, se invirtió la tendencia y el país pasó de ser una tierra de emigración, a recibir a millones de personas en un plazo de tiempo relativamente corto.

Los gitanos llegaron a la Península Ibérica en el siglo XV procedentes de Asia.

 

Objetivos

A finales del siglo XX la migración cambia de dirección. Ahora son los hispanoamericanos los que marchan hacia donde sale el Sol.

Hasta la década de los años sesenta, eran los españoles y españolas los que atravesaban el "charco" (forma coloquial de denominar al océano Atlántico), para buscar un lugar mejor "en donde se ponía el Sol". Pero a partir de la década siguiente, la situación cambió.

El desarrollo económico de España hizo que la emigración hacia América fuera descendiendo paulatinamente y, por el contrario, la crisis que se desencadenó en los países iberoamericanos hizo que los flujos se invirtieran. Problemas de tipo político (cubanos, argentinos, chilenos, etc.) que provocaron el exilio o dificultades de carácter económico (ecuatorianos, peruanos, bolivianos, etc.), hicieron que miles de ciudadanos de estos países hicieran el camino a la inversa de lo que lo habían hecho algunos de sus antepasados siglos antes.

Desde finales de la década de los ochenta y sobre todo a partir de la de los noventa, la llegada de inmigrantes sur y centroamericanos se aceleró considerablemente. En este caso se trataba principalmente de personas que buscaban mejorar económicamente su situación y que se colocaban o bien en las zonas agrarias españolas (Huerta murciana y de otras regiones mediterráneas) o bien en el servicio doméstico de las grandes ciudades.

La facilidad de hablar un mismo idioma y una serie de costumbres comunes, hicieron que España recibiera a cientos de miles de personas procedentes de sus antiguas colonias que llegaron a nuestro país y aportaron, y todavía aportan, su esfuerzo laboral a la economía española.


"Visa para un sueño", canción del dominicano Juan Luis Guerra, en la que hace referencia al deseo de emigrar de muchos latinoamericanos.

 

Pre-conocimiento

Los jubilados europeos buscan un clima mejor.

Los habitantes de la Europa del Norte viven en un territorio que reúne, para lo que en este caso nos interesa, dos características bien dispares. Por una parte gozan de una elevada renta económica y por otra el clima de esas latitudes es, por regla general, poco agradable, con continuas lluvias y bajas temperaturas.

De ahí que, cuando finalizan su vida laboral activa y se jubilan, favorecidos por una elevada pensión de jubilación, toman en muchos casos la decisión de marchar hacia las regiones del sur de Europa, donde se encuentran con unas temperaturas y unas condiciones climáticas que les resultan verdaderamente atractivas.

Por eso, ya desde los años sesenta cuando el turismo hacia España se puso de moda, y durante las últimas décadas, cientos de miles de británicos, alemanes, holandeses, etc. han decidido abandonar sus países de origen e instalarse en regiones costeras españolas, en general en las mediterráneas, o bien residir en las islas, tanto en Baleares como en las Canarias.

Habitualmente estas personas se integran escasamente con el resto de los ciudadanos españoles y suelen vivir un tanto aislados en residencias o comunidades en las que predominan personas de su misma nacionalidad.

La imagen de los jubilados procedentes del norte de Europa es ya habitual en las ciudades costeras del litoral español y aporta también a la economía española los ingresos de un colectivo con alta capacidad adquisitiva y que en general no plantea ningún tipo de problema en cuanto a su asimilación o permanencia en el territorio español.

Los jubilados procedentes de los países del norte de Europa se instalan en numerosos casos en las costas españolas buscando la benignidad de su clima.

 

AV - Actividad de Espacios en Blanco
Lee las frases siguientes y escribe las palabras que faltan en los espacios en blanco.
España ha sido un país que ha recibido frecuentes movimientos migratorios a lo largo de su Historia. fenicios, , cartagineses, germanos, gitanos o europeos del norte son algunos de los pueblos que se han asentado en la Península. Pero a partir del siglo este flujo se redujo considerablemente. No ha sido hasta finales del siglo XX cuando se ha reactivado la llegada de personas desde otros países. Los procedentes de la tras su jubilación y los llegaron a nuestro país durante el de la pasada centuria.
  

Más de cinco millones de recién llegados, en poco más de diez años.

En las últimas décadas del siglo XX, la economía española experimentó un cambio sustancial. La entrada en la Comunidad Europea en 1986 supuso un revulsivo económico y el nivel de vida comenzó a crecer de forma considerable. Los salarios aumentaron y se produjo un crecimiento en los puestos de trabajo. Pero muchos de estos puestos no estaban bien remunerados, de manera que los trabajadores del país preferían buscar mejores formas de vida en una coyuntura en la que se creaba empleo con un salario más elevado.

Alguien tenía que hacerse cargo de los empleos peor remunerados y, al igual que sucedió con los españoles en la década de los sesenta en Europa (solo que en el sentido contrario), para ocupar dichos puestos, comenzaron a llegar numerosas personas procedentes de otros países en los que el nivel de vida era considerablemente más bajo que el de España.

A finales de la década de los noventa y en los primeros años del siglo XXI el flujo inmigratorio hacia España fue considerable. Tanto, que llegó a haber años en los que se estimó que el número de personas que se asentaron en el territorio español debió acercarse al millón de habitantes. Se trata, sin embargo, de cifras muy difíciles de comprobar dado que buena parte de esos inmigrantes llegaban de forma ilegal y carentes de documentación, por lo que era muy difícil cuantificar cuántos fueron en realidad.

Los diversos cálculos estiman que en un período de algo más de diez años (1996 - 2008), más de cinco millones de personas pudieron asentarse dentro de nuestras fronteras, aunque las cifras están sujetas a revisión y probablemente nunca será fácil ni completamente fiable saber cuál fue el número exacto de inmigrantes.

Las consecuencias que esta masa humana ha tenido sobre la demografía española ya los hemos estudiado en los temas y unidades anteriores. Más adelante haremos referencia a los beneficiosos efectos que en general han conllevado también para la economía, aunque también, no debemos olvidarlo, han provocado nuevos problemas que durante el pasado no existían en la sociedad española. Pero en general, hay que reconocer que su aportación ha sido muy positiva en casi todos los sentidos.

Pirámide de la población extranjera asentada en España el 1 de enero del año 2007. Publicada por el Instituto Nacional de Estadística.

 

Objetivos

Pateras, cayucos, camiones ... todo vale para llegar, incluso jugarse la vida.

El continente africano es, con diferencia, el que peores condiciones de vida tiene en el mundo. Guerras, hambrunas, epidemias y otros tipos de problemas, han hecho de este lugar un sitio difícil en el que vivir y poder tener unas condiciones sociales y económicas aceptables.

De ahí que muchos africanos hayan tomado la decisión de abandonar su país de origen y buscar una nueva vida en el extranjero.

Desde hace ya bastantes décadas, determinados países europeos que dominaron extensos imperios coloniales (en especial Inglaterra y Francia), comenzaron a recibir inmigración procedente de sus colonias. En el caso francés, se trataba por regla general de personas procedentes del norte de África, ya que allí se encontraban algunos de sus dominios coloniales (Marruecos, Argelia y Túnez) y eran aquellas partes las que más cerca se situaban de las costas europeas, pues todo consistía en atravesar el mar Mediterráneo a lo ancho.

El gran flujo migratorio que se dirigió hacia estos países hizo que en un momento determinado, en particular tras la crisis de los años setenta, se tomara la decisión de reducir al mínimo la llegada de nuevas personas procedentes de esta parte del mundo. De ahí que, a partir de entonces, se desviara ese flujo hacia la Península Ibérica, donde todavía no se había impuesto un control tan eficaz de la inmigración.

Así, muchos magrebíes decidieron cambiar de dirección y comenzaron a asentarse en España. La proximidad del estrecho de Gibraltar o la relativamente escasa anchura del mar de Alborán, favorecía este tránsito que en buena parte de las ocasiones era de carácter ilegal, ya que los que se desplazaban en embarcaciones carecían de permisos de residencia o incluso de documentación que les permitiera trabajar legalmente en nuestro país.

Por otra parte, también se inició un nuevo movimiento inmigratorio desde regiones todavía más al sur, concretamente desde el África al sur del Sáhara, conocida como el África subsahariana. En este caso, la proximidad de las islas Canarias hizo que el nuevo destino de muchas de estas personas fuera el archipiélago Canario.

Como la entrada en España (como en prácticamente cualquier país del mundo) no es legal sino se es portador de algún documento que permita hacerlo o que acredite la nacionalidad del viajero (como en el caso de los ciudadanos de la Unión Europea), buena parte de estas personas lo hacían empleando todos los medios a su alcance con el objetivo de burlar la vigilancia policial de las fronteras.


Documental que muestra la llegada de inmigrantes africanos de forma ilegal en una patera.

 

Pre-conocimiento

Y se abrieron las puertas a la Europa del Este.

A finales de la década de los años ochenta, los países de la Europa del Este experimentaron una grave crisis económica y social derivada del paso de un régimen socialista a una economía capitalista. Las rápidas transformaciones implicaron un retroceso de la economía que impulsó a millones de personas a abandonar esos países y a buscar una nueva vida en la entonces floreciente Europa Occidental.

En un principio, esta corriente migratoria se mantuvo más o menos bajo control, dado que las aduanas en las fronteras impedían que muchas personas pudieran entrar de forma clandestina en los países al otro lado del que había sido denominado "El telón de acero".

Pero ya en el siglo XXI, la Unión Europea adoptó una postura mucho más abierta y flexible hacia estos países y tras unos primeros intentos, se acabó dando carta de naturaleza a la integración de los mismos en el conjunto de la Unión. En 2004 se produjo una primera fase de ampliación, en la que accedieron los países mejor situados económicamente, y en 2007 una segunda fase en la que se incorporaron estados como Rumanía y Bulgaria.

La libre circulación de trabajadores dentro de los países de la Unión es uno de los objetivos clave de las políticas que esta institución defiende. De manera que, aprovechando las mayores facilidades para desplazarse de unos países a otros, cientos de miles de hombres y mujeres se pusieron en marcha para poder encontrar mejores oportunidades de vida en lugares alejados a los de su país de origen.

De esa forma, durante la primera década del siglo XXI, muchas de esas personas acabaron llegando a España, donde la favorable coyuntura económica propiciaba su asentamiento. En ese amplio colectivo se integraron tanto personas de un gran nivel cultural y con una preparación elevada, como otras muchas que carecían de ambas cuestiones.

La llegada de estos inmigrantes ha provocado una dualidad en la actitud de la población española. Muchos se han integrado sin problemas y viven en nuestro país aportando sus conocimientos y su esfuerzo. Pero no en todos los casos ha sido así, y determinados colectivos de las zonas más marginales de la Europa del Este siguen presentando dificultades para su deseable integración en la sociedad española que los ha acogido.


En esta noticia emitida en un programa informativo, se abordan los problemas de los inmigrantes búlgaros y rumanos en España.

Publicada por Davinci32 en You Tube.

 

AV - Reflexión

Propuesta para un debate.

No cabe la más mínima duda que la llegada de millones de personas procedentes de otros países ha generado en España un considerable debate sobre la conveniencia o inconveniencia de acoger en nuestro país a tan elevado número de personas procedentes del exterior.

Redacta en una carilla, aproximadamente, cuál es tu opinión al respecto expresando los aspectos positivos que tiene la llegada de inmigrantes y también aquellos otros aspectos que te parezcan negativos sobre este proceso. Cuando plantees tu opinión, intenta ser lo más objetivo posible y emplear argumentos que sean coherentes y respetuosos, sea cual sea tu punto de vista personal.

Cambia la situación económica, y en consecuencia, se reducen los flujos migratorios.

El sistema económico capitalista, que es el que caracteriza a la mayor parte del mundo actual, experimenta cada cierto tiempo una serie de crisis que afectan de manera importante a la economía. Una de las consecuencias más importantes que tienen dichas crisis desde un punto de vista social es el aumento de la tasa de desempleo.

En el año 2007 se inició una de esas crisis cíclicas propias del sistema. En este caso el motivo fue el estallido de la denominada "burbuja inmobiliaria", lo que propició una disminución de la actividad económica (en especial en el mundo de la construcción) y un considerable crecimiento del número de desempleados en la mayor parte del mundo.

En España, la crisis ha tenido (y sigue teniendo hasta el momento presente) una especial virulencia. El boom de la construcción de años anteriores se detuvo, la actividad económica entró en recesión, y un elevado número de personas, como comprobamos en el primer apartado de este mismo tema, perdió su trabajo y pasó a engrosar las filas del desempleo.

Las estimaciones que el Instituto Nacional de Estadística realiza sobre la población española indican que actualmente existen en España unos cinco millones de parados (noviembre de 2011), y curiosamente, esa es aproximadamente la cifra que también se maneja a la hora de cuantificar el número de inmigrantes que actualmente permanecen en nuestro país.

Sin embargo, y a pesar del crecimiento del desempleo, muchas de estas personas venidas de otros países continúan residiendo en España con la esperanza de que en un futuro próximo cambie la coyuntura económica y mejore la situación laboral. Es más, sorprendentemente, todavía se sigue registrando la llegada de embarcaciones en las que muchas personas intentan entrar a España pensando que la situación es todavía parecida a la que existía hasta hace unos años.

Probablemente esto sigue siendo así porque estas personas, como antes se indicó, están dispuestas a ocupar los puestos laborares más duros y peor remunerados, aunque de seguir la tendencia actual, es muy posible que esta situación acabe más tarde o más pronto por cambiar.


"Marifé", una canción de "Los farsantes" en la que se trata el tema de los inmigrantes en España.

 

 

Objetivos

La distribución de los inmigrantes por el territorio español.

Los inmigrantes no se reparten uniformemente por la geografía española. Más bien al contrario, tienen una cierta tendencia a concentrarse en determinadas zonas. Observa en este mapa, cuál ha sido la evolución del número de inmigrantes en dos años, 2001, cuando el flujo estaba prácticamente en sus comienzos, y 2007, año en el que probablemente se encontraba en su apogeo.

 

Porcentaje de inmigrantes extranjeros sobre la población total. Fuente INE. Elaboración: Carmen Hernández Porcel. Pruebas de acceso a las universidades andaluzas.

Se puede apreciar cómo en 2001 el porcentaje de inmigrantes era muy escaso, y se concentraban en particular en Alicante y en las islas Baleares. Se trataba, por regla general, de europeos del norte del continente que se habían asentado en nuestro país tras jubilarse, y que buscaban lugares soleados y con un excelente clima.

También existía un porcentaje importante de inmigrantes en Cataluña, la Comunidad Valenciana y Madrid. Básicamente eran personas que trabajaban en las grandes ciudades, tanto en el sector servicios, como en la actividad industrial o de la construcción. Solo en Murcia y Almería existía en aquella época una importante presencia de inmigrantes que desarrollaban su trabajo en la agricultura del poniente almeriense o en la huerta murciana.

Pero solo seis años después la situación había cambiado radicalmente. El porcentaje de inmigrantes había crecido de forma espectacular en todo el país, en especial en las regiones Mediterráneas, donde las tasas de extranjeros superaban con creces el 10 % del total de la población.

Y no solo se trataba del área Mediterránea, sino todo lo contrario. Las provincias de la Meseta Central, las de Aragón, e incluso en algunos casos, las de la zona Cantábrica, también habían recibido a una inmigración muy abundante que superaba en la mayor parte de los casos el 5% del total de la población.

Solo las regiones más al oeste, como Galicia, o las provincias del valle del Guadalquivir, presentaban en ese momento un número relativamente reducido de inmigrantes, aunque estos también se habían incrementado de forma importante.

 

Pre-conocimiento

Y en el futuro , ... ¿seguirán llegando o regresarán a sus países?

Ya hemos visto anteriormente que en demografía, cualquier intento de especular con lo que sucederá en el futuro de la población está condenado al fracaso en muchas ocasiones. Y aún más si el elemento que interviene en el mismo es el de los movimientos migratorios.

Estos siempre están sujetos totalmente a los vaivenes de la coyuntura económica de cada país o incluso del conjunto de la economía mundial, dado que cada vez esta está más globalizada e interconectada. Por eso, hacer previsiones en este sentido resulta algo muy arriesgado y poco fiable.

No obstante, podemos hacer algunas reflexiones al respecto.

Antes mencionábamos que en España existen cerca de cinco millones de parados y que hay algo más de cinco millones de inmigrantes. Alguien podría atreverse a decir de una manera simplista y equivocada que "las cuentas cuadran"... si salen esos cinco millones de inmigrantes, el trabajo que falta se repartiría entre el resto de las personas que se quedaran aquí.

Pero esa no es la realidad. Muchos de esos desempleados no son extranjeros. Y muchos de los que nacieron en España y están en el paro no están dispuestos a ocupar, de ninguna manera, trabajos que son muy duros de realizar y que no están nada bien remunerados. La cuestión pues, entraña bastante más dificultad de la que parece.

Es obvio pensar, que dada la coyuntura actual, muchos de esos inmigrantes acabarán por regresar a sus países de origen o se marcharán a otros de las proximidades si la situación de crisis actual perdura durante mucho tiempo. De hecho, los estudios que ha efectuado recientemente el Instituto Nacional de Estadística así parecen indicarlo.

Algo de lo que aquí comentamos está sucediendo, ya de hecho puedes comprobarlo en este documento de prensa que te adjuntamos.

 

España perderá medio millón de habitantes en la próxima década si se mantiene la tendencia demográfica

El país ha perdido 27.771 habitantes hasta el pasado julio, según el INE.- El cambio se debe a una revolución en los movimientos de las personas: la emigración supera a la inmigración.

EL PAÍS - Madrid - 07/10/2011

España sigue perdiendo población. El dato se registró el pasado julio con las cifras de Instituto Nacional de Estadística (27.771 habitantes menos hasta julio) y se refuerza con una nueva proyección que sostiene que, de mantenerse la tendencia demográfica (menos inmigrantes y menos nacimientos), la población de España decrecería un 1,2% en los próximos 10 años, es decir, perdería más de medio millón de habitantes. Así, la población se reduciría hasta los 45,6 millones en 2021. Son algunas de las conclusiones de la proyección Población de España a Corto Plazo 2011-2021, hecho público hoy por el INE.

Este cambio en la tendencia demográfica se debe a una revolución en los movimientos de las personas: la emigración supera a la inmigración. Tras batir récords en la entrada de extranjeros en la pasada década al socaire de la bonanza económica , el ritmo de llegadas ha bajado; el fenómeno se refleja en las estadísticas desde 2008. En paralelo se han incrementado las salidas hasta superar a las llegadas. Es el primer gran cambio demográfico que se observa desde que en 2002 se pusieron en marcha estas estimaciones del INE.

La inmigración, el gran fenómeno poblacional responsable del fuerte crecimiento demográfico y de en torno al 20% de los nacimientos, se torna en emigración. Según algunos expertos, el grueso de las salidas es de extranjeros.

Los expertos alertan también de que la situación actual puede pasar factura a la débil tasa de fecundidad española (comenzó a bajar en 2009 tras años de subida, sobre todo por la aportación de las extranjeras, y se sitúa ahora en 1,38 hijos por mujer) y, por tanto, al relevo generacional.

 

AV - Reflexión

Comentamos una noticia de prensa

En el artículo periodístico anterior se hace referencia a los efectos que la crisis económica está teniendo sobre la población española y en concreto sobre la situación de los inmigrantes. De seguir la tónica actual, es más que posible que medio millón de personas acabe abandonando nuestro país en un breve plazo y es también bastante posible que ello implique una considerable reducción de la población total de España.

¿Cómo piensas que esto puede afectar a nuestro país en nuestro futuro? ¿De qué manera puede modificar la situación en la que vivimos ahora? ¿Será esto a la larga beneficioso o perjudicial para nuestro país?

Actividad

Desde época muy antigua, España ha sido un país al que han llegado numerosos pueblos y civilizaciones exteriores. Pero a partir del siglo XVII, esa tendencia se invirtió, y hasta finales del XX, no se volvió a iniciar un proceso similar a gran escala. En la última década de ese siglo y en la primera del siguiente, más de cinco millones de personas llegaron a nuestro país procedentes de todos los continentes. El futuro no es para ellos, sin embargo, tan esperanzador como el pasado inmediato.

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