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Un cuento viejo

Aprovecho el cuento viejo que me manda Lü de Lurdes para una actividad divertida que consiste en leer un cuento y vestir a su personaje de las ropas y situaciones apropiadas a las vicisitudes de la historia.

El programa de presentaciones es un buen aliado pues podemos ir colocando o modificando elementos a los protagonistas a medida que la narración avanza.

Contar el cuento primero, proporcionar posteriormente la presentación y comenzar el trabajo de comprensión y atrezzo individual o, mejor colectivamente. Dependiendo de la habilidad de cada grupo hay dos vías posibles: permitirles una búsqueda libre de imágenes prediseñadas (sobre todo cuando tengamos clara la disponibilidad de imágenes adecuadas que no precisen modificaciones) o bien proporcionar en cada diapositiva varios elementos susceptibles de ser usados para que elijan entre ellos y borren los sobrantes, a modo de los recortables para vestir muñecas. 

Una publicación diferente

Esta vez la recompensa no será sólo la publicación, iremos mucho más allá.

En un claustro o sesión de coordinación propondremos que nuestros alumnos, con su presentación a cuestas, harán de cuentacuentos al alumnado de infantil o primero de primaria.

Por eso trabajaremos alguna de las técnicas para contar un cuento con arte u otras como la que nos muestra Cristina Verbena.

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